QUEREMOS ROCK, PERO NO MORIRNOS EN UN CONCIERTO

‘¡Queremos rooooock!’ gritaba el Flanagan, ese maravilloso punk que oía Prince y hacía el Moonwalk en ¿Qué nos pasa?

Yo también hago parte de ese grupo de los que (casi) siempre quieren rock y por eso me emocioné tanto con el concierto de Gogol Bordello. Ese día dejé el cinturón en la casa, recogí a Sofía y a Luis Felipe y nos fuimos a uno de esos viejos teatros de cine que han sido adaptados como “centros de eventos”, en el sector de Chapinero.

Como no siempre quiero rock, dos días antes había querido disfraces ridículos y salsa. Entonces me vestí de Crazy cat-lady y llegué al mismo lugar, pero esta vez a oír a La 33. Eso, queridos señores, inspiró esta entrada del Blog de Catástrofes.

SÚBELE EL VOLUMEN A LA MÚSICA SATÁNICA

Hubo muchas diferencias entre las dos fechas. La ropa, el número de piercings por centímetro cuadrado, el largo de las faldas de las mujeres y el alto de sus tacones. Sin embargo, lo que importa acá es la música. O mejor, cómo se baila la música.

Esto se veía durante el concierto de Gogol Bordello

Dos días antes, el panorama era este

No voy a caer en la trampa fácil de “sugerir” que la gente se portó mejor en una fecha que en otra, porque no es verdad. Si usted espera leer que la catástrofe va a venir de “esos locos que oyen música satánica”, le sugiero cerrar la ventana de su explorador e irse a leer otra cosa.

UNO NO SE MUERE CUANDO ESTÁ DE FIESTA

Yo creo que la gente nunca piensa que se puede morir cuando se va de fiesta. Y quienes lo piensan se quedan callados, porque saben a qué se atienen. Los que pensamos en términos de riesgo somos negativos, alarmistas, exagerados o incluso, Doom’s Day Specialists. Conozco todos los apodos, porque todos me los han puesto.

Volviendo al tema, lo digo siempre y en voz alta: Uno sí se muere cuando se va de fiesta. Si no me cree, acá le doy cuatro casos de los muchos que quenoserepita.com tiene listados:

• 30 de diciembre de 2004: Incendio en la discoteca Cromañón en Argentina. 194 muertos y 1432 heridos.
• 05 de diciembre de 2010: Incendio en la discoteca Lame Horse, en Rusia. 109 muertos y más de 130 heridos.
• 24 de octubre de 2010: Incendio en la discoteca Dance King en China. 43 muertos y 88 heridos.
• 23 de octubre de 2010: Incendio en la discoteca The Station en Rhode Island, Estados Unidos. 100 muertos y 200 heridos.

Los muertos no siempre vienen de los incendios: También se derrumban escenarios, como pasó hace poco en un concierto de Radiohead en Canadá, hay estampidas como la del concierto de Pearl Jam y techos se caen durante lindos y romáticos matrimonios.

MONTANDO UN ELEFANTE EN UN TRICICLO.

Las estructuras están diseñadas para resistir cierto tipo de cargas. Así como no le metería 20 toneladas a un Renault 4, tampoco es una buena idea utilizar un teatro viejo, construido antes de la existencia de las normativas sismoresistentes, para resistir lo que en ingeniería se llamarían cargas dinámicas verticales, es decir, gente saltando al mismo tiempo, como en el concierto de Gogol Bordello.

Agravando el asunto, los ingenieros hablarían también de la posible resonancia entre el bailoteo y la estructura. Como el concepto es difícil de explicar, sería bueno que viera este buen de video de Discovery Channel:

¿CUÁNDO NOS VA A TOCAR?

No conozco las normas de seguridad que se exigen a los establecimientos públicos, pero dudo que este asunto se trate. Mejor dicho, no creo que las normas prohíban que los edificios se utilicen para otra cosa que para la que fueron diseñados. Mire cuántas casas hoy son restaurantes, cuántos edificios de apartamentos y antiguos teatros son bailaderos y saque sus conclusiones.

Yo, por mi parte, dudo volver a ese lugar. Me aterra que alguien diga “murió en su ley”.